Los problemas de rendimiento por altas temperaturas derivan de una mala gestión de la disipación térmica. Fenómeno presente en cada componente y circuito electrónico debido a su resistencia eléctrica, el cual se ve potenciado conforme aumenta la intensidad de corriente.
La falta de capacidades de diseño térmico puede suponer pérdidas de rendimiento de los componentes instalados, reducción de su vida útil o incluso incidencias en operación al superar los valores de temperatura máximos permitidos.
