Debemos cambiar el modo en el que los edificios son diseñados, dejando de lado la intuición y confiando en herramientas que nos permitan analizar su comportamiento térmico de forma precisa. Almenos si lo que se busca es mejorar la eficiencia de equipos de climatización, el ahorro de recursos y la sostenibilidad a largo plazo.
Ante las limitaciones del cálculo de cargas térmicas, la simulación de fluidos nos permite analizar el comportamiento térmico del aire, visualizar la distribución de temperaturas y asegurar el confort interno. Permitiéndonos tomar las decisiones de diseño adecuadas en fases iniciales de desarrollo del proyecto.