Estudio térmico para determinar la distribución interna de componentes que asegure el funcionamiento del equipo bajo condiciones de operación extremas. Debido a los altos valores de disipación por parte de los equipos, así como a los estrictos requerimientos de certificación aeronáuticos, se requiere de un buen diseño térmico que asegure valores de temperatura adecuados en los componentes críticos.
Gracias a la simulación térmica ha sido posible comparar distintas configuraciones del equipo antes incluso de ser fabricado. La simulación CFD también es capaz de aportar información sobre la temperatura de operación de los componentes electrónicos bajo cualquier condición ambiente. Además, el hecho de poder visualizar la distribución interna de temperaturas, facilita enormemente las labores de análisis y mejora del equipo.
La carcasa exterior del equipo cuenta con un muy buen diseño térmico de base. Ya que gracias al aleteado exterior, el mismo equipo está actuando como un disipador.
Tras una primera fase de mejora del sistema de refrigeración exterior, se accede al interior del equipo para optimizar la distribución de componentes interna.
Debido a las características del sistema de canalización exterior, la carcasa del equipo ofrece distintos valores de convección. Esto permite cierto margen de mejora a la hora de establecer la disposición de los componentes electrónicos.
Cada una de las caras de la carcasa exterior cuenta con distintos valores de disipación térmica en función de las condiciones de aire. Aquellas zonas de aleteado en las que el aire se acelera en mayor medida, cuentan con mayor capacidad de refrigeración.
En ambos casos, la cara superior es la que mayor tasa de transmisión de calor tiene hacia el exterior. Por lo que se recomienda posicionar sobre ella aquellos componentes críticos que requieran de una mayor disipación térmica.
La distribución interna sí tiene influencia sobre los valores de temperatura máximos alcanzados en los componentes críticos. Sin embargo, la potencia calorifica total disipada sigue estando limitada por los valores de convección externos y las condiciones de operación ambiente.
El hecho de contar con ventilación interior también ayuda a mejorar la tasa de transmisión calorifica hacia el exterior. Pero sobre todo sirve para disipar el calor acumulado en todos aquellos componentes que no cuentan con tranmisión directa por conducción hasta la carcasa del equipo.
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